Ya está aquí el verano: los días largos, el calor, los chapuzones, los helados y esa sensación de desconexión que lo envuelve todo. Cambiamos la ropa, el ritmo, los planes… y a veces, también nuestros hábitos de higiene. Por eso, hoy te vamos a dar 6 consejos para mantener tu salud bucal en verano.

Aunque estemos en modo vacaciones, nuestra boca sigue trabajando. Y lo cierto es que los dientes y encías también notan el calor, los cambios en la alimentación y hasta el cloro de la piscina.

Entre las comidas fuera de casa, horarios desordenados y rutinas alteradas, es fácil que el cuidado bucodental quede en segundo plano. Por eso, ahora que el ritmo baja y las agendas se relajan, es el momento ideal para prestarle atención a tu boca y evitar problemas que podrían empañar tus vacaciones.

En esta entrada te explicamos cómo afecta el verano a tu salud bucodental y qué puedes hacer para protegerla sin renunciar al disfrute.

6 consejos para mantener tu salud bucal en verano

1. El sol y la vitamina D: aliados (pero con matices)

Tomar el sol con moderación tiene beneficios para tus dientes. La vitamina D que sintetiza tu cuerpo con la exposición solar favorece la absorción de calcio, esencial para mantener unos dientes fuertes y sanos. Además, influye en la salud ósea, lo que también repercute en el soporte de tus piezas dentales. Eso sí, recuerda usar siempre crema solar para proteger tu piel.

¿El problema? El exceso de sol y calor puede provocar deshidratación, y con ella, una disminución del flujo salival. La saliva cumple funciones muy importantes: protege el esmalte, neutraliza ácidos y ayuda a controlar las bacterias en la boca.

Consejo: Bebe agua con frecuencia, aunque no tengas sed. Evita el alcohol y las bebidas muy azucaradas, que te deshidratan más rápido y pueden favorecer la aparición de caries.

2. Cambios de rutina: el enemigo invisible

Uno de los mayores riesgos para la salud bucodental en verano es el desorden. Horarios irregulares, comidas fuera, sueño alterado y planes improvisados pueden hacer que olvides cepillarte los dientes o que lo hagas con menos atención.

Los niños y adolescentes, especialmente, tienden a descuidar su higiene oral cuando están de vacaciones. A veces por comodidad y otras por olvido.

Consejo: Lleva siempre contigo un kit dental de viaje (cepillo, pasta, hilo dental). Asegúrate de cepillarte al menos dos veces al día y no olvides el cepillado nocturno, el más importante del día. Si tienes hijos, incluye la higiene bucodental en su rutina diaria aunque no haya colegio.

3. Cloro y esmalte: una relación complicada

Las piscinas son uno de los grandes placeres del verano, pero el cloro que contienen puede alterar el pH de la saliva y, con el tiempo, favorecer la erosión del esmalte dental. Esto es especialmente importante en personas que pasan muchas horas nadando o que lo hacen a diario, como los nadadores profesionales o los niños en campamentos de verano.

Existe incluso un fenómeno conocido como “sarro del nadador”, una pigmentación marrón en los dientes causada por la acumulación de sarro en ambientes muy clorados.

Consejo: Si pasas mucho tiempo en la piscina, enjuágate la boca con agua limpia (o agua embotellada) después del baño. No cepilles los dientes justo al salir si has estado mucho tiempo sumergido: espera unos 30 minutos para no dañar el esmalte.

4. Ortodoncia, prótesis y tratamientos en curso

Si llevas ortodoncia, prótesis o tienes tratamientos en marcha, el verano no debe ser una pausa en tu cuidado. Todo lo contrario: es cuando más deberías prestar atención.

Las altas temperaturas, la exposición al sol y los cambios en la alimentación pueden afectar a aparatos removibles, alineadores y otros dispositivos. Además, una revisión a tiempo puede prevenir urgencias durante las vacaciones.

Consejo: Protege tus aparatos (fundas, cajas, limpieza diaria) y sigue las pautas de nuestro equipo médico. Si tienes dudas, contacta con la clínica antes de irte de viaje. Un ajuste, una revisión o una recomendación pueden marcar la diferencia.

5. Helados, bebidas frías y sensibilidad dental

El verano está lleno de pequeños placeres: helados, batidos, bebidas con hielo… pero estos contrastes de temperatura pueden acentuar la sensibilidad dental, especialmente si tienes retracción de encías, caries o el esmalte desgastado.

También es importante recordar que muchos de estos productos son muy ricos en azúcares, lo que alimenta a las bacterias responsables de la caries y otras enfermedades bucodentales.

Consejo: Disfruta de estos alimentos con moderación. Si notas sensibilidad, pide una cita para que uno de nuestros odontólogos pueda valorar el estado del esmalte o recomendarte un dentífrico específico. Evita cepillarte los dientes justo después de consumir alimentos ácidos o muy fríos.

6. Una revisión antes de irte (o al volver)

El verano es un buen momento para hacer una revisión bucodental. Con menos prisa y más tiempo libre, puedes aprovechar para revisar el estado general de tu boca, detectar posibles problemas y resolverlos antes de que den la cara.

Consejo: Si llevas tiempo sin hacerte una limpieza o una revisión, pide cita. La prevención es siempre la mejor aliada.

El verano está para disfrutarlo, y cuidar de tu boca no tiene por qué ser un sacrificio. Con unos hábitos sencillos y un poco de atención, puedes mantener tu salud bucodental en perfecto estado sin renunciar a lo que más te gusta: sol, piscina, viajes, helados y buenos momentos.

¿Hace cuánto que no revisas tu salud bucodental? Este verano, dale a tu sonrisa el cuidado que se merece. Te esperamos 💚

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